Este documental sobre la
educación actual ha despertado en mí cierto rechazo hacia nuestro sistema
educativo, ya que es cierto que tanto padres como docentes y demás
profesionales se encaminan más hacia una propuesta educativa deplorable. Una
idea de enseñanza en la que los alumnos no tienen ni voz ni voto. ¿Es este
planteamiento aceptable sabiendo que estos chicos y chicas serán el futuro de
nuestro país? Un saber tan importante como la enseñanza se encuentra organizado de forma poco atractiva: no solo en el sentido de estar creando “robots”
humanos, sino que tampoco se les da la oportunidad de
expresar sus emociones, sentimientos y experiencias sobre su propia educación.
Una característica fundamental,
entonces, es el tener en cuenta la opinión de los alumnos, pues si la inmensa
mayoría no está conforme con la estructura llevada a cabo en estas
instituciones, ¿no nos deberíamos plantear una reforma educativa?
La competitividad, el
adiestramiento, sobrevalorar las calificaciones obtenidas… son puntos
que considero menos relevantes para tener en cuenta en los institutos: ESTO NO
ES EDUCAR. Además, me ha parecido curiosa la comparación de la antigua
educación en Esparta – una educación parecida a una instrucción militar – con
la educación de hoy en día: quienes no rinden al 100% no podrán optar a la
educación. No cabe duda de que dicho ejemplo dista en gran medida con lo que es
“educar” en la actualidad, pero, si pensamos en los rasgos generales de este
ejemplo: adiestramiento militar, disciplina, aprobación solamente de los
mejores alumnos (y con mejores hago hincapié en la importancia exclusiva de sus
notas)... ¿no os resulta familiar? La triste realidad muestra una sociedad fría e
inhumana, que priva al ser humano de su característica más importante, que es
la capacidad de pensar por sí mismo.
Al sistema no le preocupa el ser
humano como individuo, y es aquí donde reside el error principal. Esto me hace
reflexionar en la labor de los profesores. Estos no deben limitarse a enseñar,
sino también a ser capaces de escuchar, entender y valorar a sus alumnos como
individuos de nuestra sociedad. La creatividad, el interés y la voluntad que
los niños y adolescentes presenten es un pilar fundamental que se debería
apreciar más.
La cuestión que se plantea en el
vídeo viene ligada al término “miedo”: ¿qué ocurre si estos cambios en el
sistema salen mal?, ¿cómo podemos cambiar la mentalidad de la sociedad en este
sentido? Una educación holística (frente a una educación desequilibrada) nos
ayudaría a transformar a estos niños en individuos con opiniones, diferentes
estilos y diferentes personalidades. Esta sería una educación más familiar y cálida por
parte de los padres y maestros. Pero este cambio no es repentino, sino que
tiene que llevarse a cabo paulatinamente con la ayuda no solo de padres,
tutores o centros educativos, sino de la sociedad como un todo.
La imagen
que os muestro abajo la encontré en la red social de Facebook Blog del
Maestro para que se comprenda mejor que los profesores no solo deben ayudar a enseñar a
los alumnos, sino que deben tener muchas otras cualidades para que estos estén
preparados y con ganas de adquirir conocimientos de forma autónoma, por sí mismos, en sus casas y
no solo en el aula.
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